Psalms 50
Salmo{H4210} de Asaph{H623}. EL Dios{H410} de dioses{H430}, Jehová{H3068}, ha hablado{H1696}, y convocado{H7121} la tierra{H776} desde el nacimiento{H4217} del sol{H8121} hasta donde se pone{H3996}.
De Sión{H6726}, perfección{H4359} de hermosura{H3308}, ha Dios{H430} resplandecido{H3313}.
Vendrá{H935} nuestro{H587} Dios{H430}, y no{H408} callará{H2790}: fuego{H784} consumirá{H398} delante{H6440} de él, y en derredor{H5439} suyo habrá tempestad{H8175} grande{H3966}.
Convocará{H7121} á los cielos{H8064} de arriba{H5920}, y á la tierra{H776}, para juzgar{H1777} á su pueblo{H5971}.
Juntadme{H622} mis santos{H2623}; los que hicieron{H3772} conmigo pacto{H1285} con{H5921} sacrificio{H2077}.
Y denunciarán{H5046} los cielos{H8064} su{H1931} justicia{H6664}; porque{H3588} Dios{H430} es el juez{H8199}. (Selah{H5542}.)
Oye{H8085}, pueblo{H5971} mío, y hablaré{H1696}: [escucha], Israel{H3478}, y testificaré contra ti: yo{H595} soy Dios{H430}, el Dios{H430} tuyo.
No{H3808} te reprenderé{H3198} sobre{H5921} tus sacrificios{H2077}, ni por tus holocaustos{H5930}, que delante{H5048} de mí están siempre{H8548}.
No{H3808} tomaré{H3947} de tu casa{H1004} becerros{H6499}, ni machos cabríos{H6260} de tus apriscos{H4356}.
Porque{H3588} mía es toda{H3605} bestia{H2416} del bosque{H3293}, y los millares{H505} de animales{H929} en los collados{H2042}.
Conozco{H3045} todas{H3605} las aves{H5775} de los montes{H2022}, y en mi poder{H5978} están las fieras{H2123} del campo{H7704}.
Si{H518} yo tuviese hambre{H7456}, no{H3808} te lo diría{H559} á ti: porque{H3588} mío es el mundo{H8398} y su plenitud{H4393}.
¿Tengo de comer{H398} yo carne{H1320} de toros{H47}, ó de beber{H8354} sangre{H1818} de machos cabríos{H6260}?
Sacrifica{H2076} á Dios{H430} alabanza{H8426}, y paga{H7999} tus votos{H5088} al Altísimo{H5945}.
E invócame{H7121} en el día{H3117} de la angustia{H6869}: te libraré{H2502}, y tú me honrarás{H3513}.
Pero al malo{H7563} dijo{H559} Dios{H430}: ¿Qué{H4100} tienes tú que enarrar{H5608} mis leyes{H2706}, y que tomar{H5375} mi pacto{H1285} en{H5921} tu boca{H6310},
Pues que tú{H859} aborreces{H8130} el castigo, y echas{H7993} á tu{H859} espalda{H310} mis palabras{H1697}?
Si{H518} veías{H7200} al ladrón{H1590}, tú corrías{H7521} con{H5973} él; y con{H5973} los adúlteros{H5003} era tu parte{H2506}.
Tu boca{H6310} metías{H7971} en mal{H7451}, y tu lengua{H3956} componía{H6775} engaño{H4820}.
Tomabas asiento{H3427}, [y] hablabas{H1696} contra tu hermano{H251}; contra el hijo{H1121} de tu madre{H517} ponías{H5414} infamia{H1848}.
Estas{H428} cosas hiciste{H6213}, y yo he callado{H2790}: pensabas{H1819} que de cierto{H1961} sería{H1961} yo como tú: yo te argüiré{H3198}, y pondré{H6186}[las] delante de tus ojos{H5869}.
Entended{H995} ahora{H4994} esto{H2063}, los que os olvidáis{H7911} de Dios{H433}; no{H6435} sea que arrebate, sin que nadie libre{H5337}.
El que sacrifica{H2076} alabanza{H8426} me honrará{H3513}: y al que ordenare{H7760} su camino{H1870}, le mostraré{H7200} la salud{H3468} de Dios{H430}.